Más adelante implementa la técnica de dibujo a bolígrafo en algunas de sus obras gráficas pero sin llegar a transportarlo nunca al lienzo.
Sin duda Ortolan demuestra maestría en el manejo de la técnica. Sus gustos lo llevan por diversos caminos destacándose su serie sobre Venecia, el Turf, los Gitanos, las Muñecas, los Besos, las Alegorías, el paisaje y por sobre todo las mujeres.
Sin embargo esa diversidad de intereses afectó su identidad como pintor retrasando la llegada del inconfundible Ortelan. Recién en su serie Gitanas abandona la composición fotográfica para adentrarse en un ambiente pictórico que lo identifica y que en muchas oportunidades invade con su propia figura como un Hitchcock cruzando el foro para quedar inmortalizado como un fantasma en su propia obra.
Tal vez la composición de algunos de sus trabajos no parezca la apropiada para el ojo del espectador, pero no hay duda que la evolución de este artista lo ha llevado a obtener una personalidad propia, alcanzada sin duda, con esfuerzo y trabajo constante.
Los invito a observar una pequeña y variada muestra de su trabajo.
La vigilia de Dios en Venecia


Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo.
Chau.


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