Como sea, siete años vivió con los expósitos y se acercaba la fecha de abandonar la institución.
El 16 de noviembre de 1897 es adoptado por la pareja formada por Manuel Chinchella (Genovés de Nervi), un exitoso carbonero de la zona de La Boca, que tenía su negocio en Irala entre Olavarría y Lamadrid, y quién gracias a lo indispensable que resultaba el uso del carbón, gozaba de un muy buen pasar; y Justina Molina (Entrerriana de Gualeguaychú con ascendencia india), la nueva madre que lo cuidaría desde ese momento en aquella efervescente, agitada y cosmopolita Boca del Riachuelo.
Su nombre Benito Juan Martín perdió de repente el Juan y adoptó el apellido de su padre adoptivo en su lugar, así pasó a llamarse Benito Chinchella Martín y el finalmente conocido y alterado nombre Benito Quinquela Martín
Sólo cursó dos grados de primaria durante tres años en la Escuela Berutti, dirigida por el dramaturgo José Berutti, ubicada en la calle Australia (hoy Quinquela Martín) 1081, donde aprendió a leer, dibujar, sumar y restar, para luego dedicarse a vender carbón en el barrio y hacer dibujos con ese material fuente de toda mancha.
A los quince su padre lo llevó a trabajar al puerto, en la descarga de carbón donde dada su figura tan poco apropiada para la tarea fue apodado "El Mosquito".
A los diecisiete años se anotó para estudiar dibujo y pintura en el Conservatorio Pezzini Sttiatessi con el maestro Alfredo Lázzari.
Completó su educación básica en forma autodidacta asistiendo a la biblioteca del Sindicato de Caldereros.
A los veinte años expone por primera vez en la Sociedad Ligure de Mutuo Socorro. En 1912 se le diagnostica tuberculosis y va a recuperarse a Córdoba de donde regresa curado y con la firme convicción de que, tal como decía Rodín, debía reflejar únicamente la vida y su ambiente, pintando su aldea: La Boca del Riachuelo.
Veamos unas pocas imágenes de su extensa obra pictórica.
Efecto de sol
Su vida es un claro ejemplo de superación personal. Un hombre grande desde las pequeñas cosas. Un ser humano invencible, que supo trascender todas las barreras y llegar con su arte a movilizar los sentimientos de propios y extraños. Un hombre y un artista que conmovió a un barrio, un país y una era.
Fundador de escuelas, museos y hospitales, el artista, el expósito, el autodidacta, llamado Chinchella el hijo del carbonero, tiene un lugar permanente en el corazón de todos los argentinos.
Les dejo dos enlaces, uno a una Biografía muy bien estructurada y otro a una Galería de imágenes de este gran artista.
Espero lo hayan disfrutado tanto como yo.
Chau.

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