Pero fue durante los años 1996 hasta 1999 en los que cursó en el Instituto de Arte de California, los que le permitieron dar un enorme salto como artista. Sus instructores le enseñaron a mirar el mundo de otra manera - a no, por ejemplo, mirar a los ojos y la nariz como elementos distintos de la cara, sino para detectar las formas creadas por las luces y las sombras y las sutilezas de color. Después de sus estudios en la institución, se embarcó en un intenso esfuerzo para mejorar sus cuadros, examinando de cerca las obras de los artistas que más admiraba: John Singer Sargent, Joaquín Sorolla, y Anders Zorn, entre otros.
En 2001, a la edad de 25 años, comenzó a atraer la atención de la comunidad artística internacional. Hoy en día, mientras que Lipking se siente especialmente obligado a pintar el más clásico de los temas artísticos, la figura humana, su obra incluye también paisajes y bodegones
El realismo ha sido mal entendido por la mayor parte del siglo XX como un arte de la imitación. En verdad, cuando es practicado por un pintor como Jeremy Lipking, la pintura realista es una poderosa fuerza creativa. Muchos espectadores se sienten atraídos por su forma de pensar el arte que se parece a una fotografía. En realidad la visión Lipking es lo contrario de lo que una cámara hace. Una fotografía tiende a aplanar la imagen, lo que reduce todas las relaciones de color e intensidad a un patrón mecánico rígido. La habilidad de Lipking reside en su capacidad de conseguir datos en y alrededor de su tema, con un ojo muy sensible, ve matices de valor y tono que la cámara y la mayoría de la gente no puede ver. Más increíblemente, él es capaz de traducir su visión matizada en una imagen pintada. Como todos los grandes realistas, él tiene la capacidad de generar ficciones poderosas.
Los invito a contemplar algunas de sus obras.

Chau.


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